Como decorado principal pintamos un telón de tela de diez metros de ancho por seis de alto. Cuando ya estaba casi acabado un compañero por accidente volcó con el pié una lata de pintura vertiéndose sobre el paño pintado, después de proponer varias soluciones decidimos aprovechar la mancha haciéndola pasar por humo, pintando después su chimenea correspondiente. La tela del disfraz de ese año se escogió en referencia al frío que habíamos pasado con "Mirando al cielo". Algunos aun acuerdan los chorreones de sudor que nos caían por culpa de los focos encima del escenario.